Jugoso líquido absoluto,
de los sentidos firmamento,
inunda sus ojos impolutos
y mi corazón seguirá latiendo.
Y déjalo seco luego
de ti
y a ella regálaselo.
Pero antes de morir,
a cambio, dile a ella
que bese mis grises labios
con sus dos rubíes alargados
porque quiero probar el sabor de las estrellas.
Alberto Becerro González
Diciembre 2010
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