El mar embravecido
Se disponía a cortar paso
Del velero que surcaba el agua
A vuelo raso.
Inmortales fuerzas,
Contra un marinero y su barco
Balanceaban con certeza
El destino, del capitán marco.
Fuerza, rapidez, astucia,
Poseía el marín.
Y el mar, de razón sucia,
A la tortura puso fin.
¡Aleluya, Gloria!
Otra victoria,
Aún hay esperanza.
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