Nunca llegará el docto
aposeer una alhaja
tan simple y aclamada
como la inherente al otro
Al que no sube por el pelo
del conejo blanco, gigante
que vives más y mejor como ignorante
más arbitrareamente y sin saberlo
cuan preciada llega a ser
que el arudito no puede poseer
el camino correcto a la felicidad
y un labrador de su propia corteza
sin ninguna significante destreza
llega a tal cima sin poderlo apreciar
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